Expulsión. Luna y luz de fuego
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Es uno de mis cuadros preferidos, y procuro ir a verlo siempre que paso por Madrid con algo de tiempo. Me llama la atención, sobre todo, su aire onírico, y la forma en que el pintor lo consigue, combinando un realismo cuidado y detallista con un estilo difuso que yo incluso calificaría como impresionista (el impresionismo francés, de todos conocido, se sitúa cronológicamente algunas décadas después). El paisaje imposible, esa acumulación de fenómenos geológicos y meteorológicos en el campo de visión, esos árboles gelatinosos del primer plano que parecen intencionadamente inacabados y decididamente fantasmagóricos,..., contribuyen a la creencia de que estás ante un sueño, o ante una obra que, como los sueños, está cargada de símbolos.
Ignoro si se puede hacer una interpretación precisa de la pintura basándose en las vivencias de su autor o en su trayectoria artística, que desconozco, pero el cuadro en sí, obviando lo anterior, es un espacio abierto a la imaginación.
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